La autopsia de Jane Doe

La autopsia de Jane Doe


Por Erik Martínez


The autopsy of Jane Doe (2016). Dir. André Øvredal
“La autopsia de Jane Doe” resalta entre las películas de horror por un dominio espectacular del género, ya que deja de lado el monstruo que en busca intimidar a los protagonistas y toma como centro la quietud de un cadáver.

La anécdota da cuenta del médico forense Tommy Tilde (Brian Cox), quien es asistido por su hijo Austin (Emile Hirsch). En una tarde regular de trabajo llega a la morgue un cuerpo sin nombre, una “Jane Doe”, sin una causa de muerte aparente.

A lo largo de la necropsia, padre e hijo se dan cuenta de que el cuerpo de la hermosa mujer se encuentra lacerado por dentro, los órganos con marcas, los pulmones quemados y en el estómago una pañoleta con dibujos y un diente.

Las cosas se complican con cada corte del bisturí, ¿Hasta dónde llega la vida? ¿Realmente está muerto es cuerpo?, cosas sobrenaturales comienzan a suceder. Con una fotografía asombrosa que se apoya en las perspectivas y puntos de fuga, la película defiende su valor estético con cada toma, que de manera ingeniosa utiliza elementos del cotidiano para potenciar el alcance de la cámara, ojos del espectador.

La colorización utilizada en el filme, es precisa y sitúa a cada espacio con un tono diferente, provocando en el espectador una familiarización rápida con los ambientes. Una transportación desde un suave y brillante azul de una sala de autopsia, hasta un claroscuro del fuego. De la misma manera le da peso escénico a, Jane Doe, que permanece quieta y blanca, color que hace un sumo contraste con la sangre que emana del cadáver.

En cuanto a sonido se refiere, la obra cuenta con una sonorización agradable que utiliza el screamer de una manera modulada, sin caer en el abuso y convierte al silencio en a principal arma de susto.
La música explícita, refleja las personalidades de cada individuo, así como permite conocer a los personajes en su desarrollo. La música ocasional, es tenue y acentuada en los momentos de mayor tensión, misma que envuelve al espectador al hacer un trabajo conjunto con los elementos en pantalla.

Cabe destacar una de las canciones bases para la película “Open Up Your Heart And Let The Sun Shine In”, misma que crea un leitmotiv ante los sucesos paranormales. Cuando la calma llega la tormenta regresa. Un arte que no deja nada a deber, un guion lleno de anticipaciones que crea una riqueza dramática y, sobre todo, la ruptura de las expectativas hace de Jane Doe un filme con terror bien logrado, fuera de la línea del horror convencional.

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