Aliento
La intriga radica en el silencio y la narrativa visual
Por Erik Martínez
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| Aliento (2007). Dir. Kim Ki-Duk |
‘Aliento’, presenta a Yeon una joven escultora que
vive en la monotonía junto a su familia; su pequeña hija y su infiel marido.
Después de una noche de discusión marital ella sale a la calle en busca de una
salida. Al tomar un taxi le indica que la lleve a la prisión. Ahí está Jin, un prisionero de popularidad nacional por matar a su esposa y dos hijas e intentar
suicidarse en repetidas ocasiones por miedo a su sentencia de muerte.
Los puntos fuertes de este filme se encuentran en las
construcciones de uno sus personajes, el vigilante, y en las metáforas
erotanáticas.
En el primer acercamiento con el preso, Yeon, le
cuenta cuando murió por cinco minutos. La narrativa de esa historia da pauta a
un interés mutuo entre Yeon y Jin, un primer contacto que impactará el resto
del filme.
Jin comparte celda con otros tres sujetos a los cuales
nombraremos ‘destruye sueños’ que, con su función muda, sólo hacen más
miserable la vida del reo. Toda cosa nueva que le dé una esperanza se ve
destrozada por estos tres.
Los encuentros entre estos dos personajes siempre se
dieron en una sala de visitas cubierta de papel tapiz, donde la joven canta
alguna canción al prisionero y cuenta una historia referente a la muerte. Cosa
que los acerca cada vez más.
Su personaje más destacado es uno que no está
explícitamente en la pantalla, Un vigilante que sólo observa todo, uno que
incluso se le podrían atribuir señas de dios. Todos a orden militar le llaman
señor, él está en todos lados, todo lo ve, todo lo sabe y toma las decisiones de
lo que pasa. Este personaje es interpretado por el mismo Kim Ki-Duk.
En cuanto al desarrollo dramático, se da por la gran
ejecución de los silencios y la narrativa visual. Peleas, miradas, acciones
escénicas, conformaron la intriga que ofrece este filme.
‘Aliento’ es el intento de una película alejada de la
forma y centrada en el contenido. Con un guion flojo, confuso y falto de
figuras que lo sustentaran. Actuaciones con emociones mal colocadas por un tono
inexacto de la anécdota y un desarrollo caprichoso.
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