The Truman Show

The Truman Show

Por Erik Martínez

The Truman Show (1998). Dir. Peter Weir
Durante la segunda mitad del siglo XX, las corrientes, principalmente las literarias, se inclinaban hacia el posmodernismo, cada vez más lleno de desesperanza hacia el futuro y a la humanidad.
Es en 1949, cuando George Orwell escribió su novela “1984” en la que relata un futuro distópico en donde la sociedad era vigilada todo el tiempo por un ojo que todo lo ve. Una figura omnipresente que observa y dicta el comportamiento esperado, es un mundo donde la manipulación de la información y la disposición de la realidad de vuelve el uso común para el alto jerarca.
Este concepto es tomado para programas de la televisión actuales como Big Brother o realities que siguen la vida de las celebridades como The Cardashians o incluso Honey Boo Boo. En donde el morbo del espectador voyerista lo mantiene atento a lo que pasa en la pantalla.
Sucede algo similar con “The Truman Show” (1998). Un espectáculo televisivo en donde Truman Burbank (Jim Carrey) es la estrella y su vida es grabada y transmitida al mundo las 24 horas del día, pero él no lo sabe. Vive en una realidad producida, en una ciudad diseñada para que el creciera ante las cámaras y la comercialización.
Su vida normal llega a la adultez. Cansado de una monotonía, se propone ir a las Islas Fiji, aunque su objetivo siempre se ve impedido por la producción del programa, pequeñas coincidencias que van inquietando la percepción de Truman.
Truman poco a poco se da cuenta de que los que considera sus amigos, su familia, son parte del juego que no comprende y decide escapar sólo para descubrir la realidad que han creado para él, un programa de televisión de su vida, dejando a Truman como un ente solipsista.
De la realización de la película se puede destacar el guion original de Andrew Niccol, quien fue nominado para el Oscar en esa categoría. Así mismo, la fotografía tiene un gran fuerte con la concepción de cámaras intradiegéticas y extradiegéticas que dan la ilusión del programa.
En cuanto a las actuaciones, es una de las mejores películas en las que Jim Carrey ha participado, sin embargo, una en las que peor se ha desarrollado como actor, dejando un personaje flojo y poco creíble.
Por otro lado, el también nominado al Oscar, Ed Harris, hace un papel serio y firme en donde las mínimas expresiones, logran llegar a un alto nivel emotivo. Todo ello dirigido por Peter Weir, quien también se coló a los Premios de la Academia como candidato a Mejor Director.
The Truman Show, refleja un tanto de la sociedad actual, una que cree ciegamente en la información que sale de la pantalla, que crea su propio mundo en ella y que incluso se puede alejar de la realidad o ser víctima del manejo de la información y del control televisivo en el que todos somos partícipes.


Buen día, “y si acaso no nos vemos. Buenos días, buenas tardes y buenas noches”.

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